Cuando la felicidad
irrumpe inesperada
empujando los ventanales
de tu rutina
sin motivo aparente.
Como un fogonazo interno
que te despierta de nuevo
sólo te queda danzar.
Danzar salvajemente la alegría
en el desnudo de tu cuerpo
con la llama del gozo
ardiendo en tu bajo vientre.
*** *** ***
A ti, que miras con recelo
entre los agujeros de la celosía,
mirando mi desnudo
entre duda y ambrosía,
no tengo nada que esconder.
Ni mi propio destino me pertenece,
lo que ves es lo que es.
Y eso es lo que te hace dudar.
Y eso es lo que te hace mirar.
No entiendes cómo alguien
puede gozar de libertad,
desconfiando así de quien la vive,
porque la ansías.
Entonces la envidia alimenta tu rutina,
pero la fuerza de mi libertad
te atrae mucho más.
Por eso a ti te digo ven.
Ven y vuelca tu rostro sobre mi vientre,
siente el rugir de la fiera
donde la fuerza del instinto
se expresa más allá de mi misma.
Esto que miras con recelo
no me pertenece,
sencillamente es lo que soy.
Uff…que pasada….