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Verdad omitida

Claudia Clavel Duran

01 octubre 2022

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Verdad omitida

Hay certezas que son inciertas para aquel que pone la duda en sus pensamientos. Incluso después de comprobar con hechos palpables en su vida que le indican que es así, sigue dudando. Y es que no sabemos hasta que punto lo que pensamos es real, ni hasta que punto lo que se materializa ante nosotros fue una intuición o una creación.  Responsabilizarnos de lo que sucede puede ser muy doloroso, aceptar los resultados cuesta, pero sobre todo cuando estos resultados no son acordes a las expectativas mentales que teníamos sobre la situación,  entonces dudamos…  Pero no es el único momento en que lo hacemos… Inmediatamente después de imaginar algo dudamos, antes de que se produzca dudamos, en el mismo instante que se produce dudamos e incluso una vez pasado dudamos de si fue así… Como una bacteria en los archivos de nuestros pensamientos creadores se inserta la duda. La cual perturba de manera constante el flujo  de nuestros pensamientos y acciones creadoras. Fíjate que he dicho bacteria y no virus, porque hasta un punto la duda puede ayudarnos a ver las cosas con perspectivas diferentes o la variedad de las posibilidades. El problema viene cuando la duda se convierte en una plaga que domina nuestros pensamientos y por ende nuestras acciones, bloqueando el flujo de ambos, ¿cómo entonces va a poder ayudarnos el universo? ¿Cómo entonces vamos a poder ver materializada nuestra idea original? Y si a nuestras propias dudas añadimos las del otro, en el caso de creaciones conjuntas, o en los casos de creaciones que involucran de un modo a alguien concreto, la paranoia puede ser monumental. Sin duda la duda será todavía mayor y el resultado posiblemente muy divergente de lo que esperábamos. Por tanto, ¿qué podemos hacer antes las dudas? Ir a lo físico. Hay algo que nunca fallará, y eso es la sensación física, el cuerpo no miente, el cuerpo no duda, él tiene todas las respuestas. Las sensaciones corporales y su respuesta nos indican realmente el camino. Hay personas que lo llaman intuición, otras el camino del corazón… para mi es algo más instintivo, visceral, el impulso de la supervivencia, el impulso vital que te empuja en la dirección adecuada para la evolución más elevada de tu ser. Y a este impulso, por mucho que nuestras dudas lo intenten, al ser tan puro su creación es original y por tanto un hecho. Por eso ante los hechos, no dudes, son así.

Es importante la integración de todo tu ser, la armonización de todas tus partes para que suene con armonía tu melodía singular (libre de distorsiones, bacterias, dudas, etc.) aquella que mejor concuerda con la melodía universal.

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